domingo, 2 de agosto de 2009

De carne somos


Desde que trabajo en el maravilloso mundo del conurbano bonaerense y me levanto al alba para tomarme una combi que me deposita y me retira del establecimiento laboral, entre tantas otras cosas que he perdido, perdí la posibilidad de pasar por áreas en reparación, obras en construcción o instalaciones de cableado de compañías eléctricas.
No es que este pendiente de todas las restauraciones urbanas, es que hace tanto que no escucho un "te chupo toda mami" que estoy empezando a sentirme horrible.

Quien hubiera dicho que iba a extrañar al obrero libidinoso?
Una sabe que indefectiblemente van a decir algo a nuestro paso.
Los ves trabajando, todavía te falta recorrer 20 mts para llegar al la valla que los separa de los transeúntes y ya te están mirando fijamente. Sin demostrar interés te haces la linda, obvio, las relaciones funcionan de a dos, y agudizas el oído indiferente a lo que este sonando en el mp3 para ver si alguno se puso creativo con el piropazo.

Todavía no estoy lista para cambiar de laburo y la crisis no acompaña, pero el próximo sábado me levanto tempranito y me voy de excursión por Buenos Aires buscando carteles amarillos de "la ciudad trabaja"

Al fin y al cabo yo pago mis impuestos …..y los muchachos son casi un servicio público.

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