Las mujeres, generadoras de vida

A diferencia de muchas mujeres no me llevo bien con las plantas, suelen morir bajo mi cuidado - que reconozco que no es muy dedicado pero no esta en mi naturaleza.
Si bien tuve que enterrar un cactus, tengo un ficus que sobrevive hace años bajo su propia responsabilidad y aunque no lo cuido demasiado lo respeto por su valentía.

Tampoco fui buena criando mascotas, pero en este caso en particular gran parte de la culpa es de mis padres que jamás me dejaron tener un perro o un gato y solo me autorizaron a un sin número de criaturas perecederas como pollitos, gusanos, hámsteres suicidas, mariposas y bichitos de luz.

Esta mañana cuando me disponía a desayunar advertí con admiración que soy capaz de generar vida. Advertí también que lo he hecho en muchas oportunidades anteriores pero a veces soy incapaz de reconocer mis virtudes como tales.
Siguiendo mi tendencia poco conservadora los deseche por la pileta, pero por un momento me permití contemplar absorta mi creación: esos honguitos que nacieron y se desarrollaron felices, multiplicándose en mi tasa de té, gracias a que yo generé un ambiente adecuado.