domingo, 26 de julio de 2009

Reality bites


Que bueno hubiera sido ser mas decidida. Cortar la soga mientras todavía es soga, mas allá del esfuerzo que implique.
Por no lastimarte, por no asumirlo quizás, empecé a tirar de la soga y hasta elegí el lugar donde se iba a romper.
Sabia exactamente como empezar a deshilacharla, y con una dedicación macabra me aboqué a esa tarea.
Inconscientes ambos de este acto cobarde nos sentábamos a cortar hilitos uno a uno, día a día. La veíamos romperse, quisimos alivianar el peso, quisimos volver a juntarla, y cuando nos dimos cuenta que no había nudos ni silver tape capaces de volver a hacerla una, quisimos quedarnos con el mejor pedazo de soga.
Si tan solo la hubiera cortado prolijamente….
Me dolió verte atar la soga a tu cintura para tener mas fuerza pero también me dolió verte caer.
Me mato ver tan de cerca lo que quedaba de ella. Cada uno de sus hilos por separado, nada tenían que ver con lo que habían sido estando juntos.
Y con eso me quede, con un pedacito de soga como un ramillete de flores secas.
Hoy lo encontré en un cajón y aunque esta igual parece distinto. Me entristecen las puntas deshilachadas apuntando hacia cientos de direcciones diferentes, las voy a cortar.
No va a ser una soga nueva, yo siempre voy a saber por donde se desarmo, solo quiero que se vea mas linda.

Ojalá tu parte de la soga ya este bien también.

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